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Cuando en épocas de crisis como la que estamos viviendo actualmente empezamos a pensar en cosas que no nos son imprescindibles en nuestros hogares, cosas que vender o que quitar para que la factura de la luz no sea tan elevada, encontramos muchos electrodomésticos y aparatos que bien podríamos tener desenchufados durante todo el tiempo. Pero otros, como el aire acondicionado, se hacen imprescindibles, aunque sea solo por unos meses al año.

Está claro que, al llegar el verano, el aire acondicionado se vuelve imprescindible, sobre todo en las ciudades más calurosas del interior y el sur de nuestro país, pero prácticamente en todos sitios, ya que nuestro clima general suele traer altas temperaturas en verano, e incluso en las ciudades del norte se hace necesaria la instalación de estos aparatos para mitigar el calor en los días estivales.

Tal y como está el mercado actualmente, comprarse un aire acondicionado no tiene porque resultar excesivamente caro, ya que existen multitud de marcas con modelos a precios muy ajustados, para que cualquiera pueda acceder a ellos. Pero debemos contar con que, además del precio del propio aparato, tendremos que pagar también su instalación, realizada por profesionales, ya sean de la propia empresa donde compremos el aire acondicionado (algunas ofrecen este servicio) o de otra empresa especializada en la instalación de estos aparatos.

Dicha instalación puede ser sencilla y barata o ser algo más complicado y subir de precio, dependiendo del tipo de aparato que hayamos adquirido, de donde queramos colocarlo, de las posibilidades y accesibilidad de nuestra vivienda… Es conveniente pedir consejo a estos profesionales, con muchas instalaciones a sus espaldas, para saber como economizar mejor la energía de este aire acondicionado, para no malgastarla.

En los últimos tiempos y debido al panorama tan negro en lo que a economía se refiere, la mayoría de empresas dedicadas a la instalación de aires acondicionados han decidido bajar sus precios y ofrecer interesantes ofertas para llamar la atención de los clientes y salir un poco al paso de esta crisis tan grave que está afectando a todos. En esta época se suelen instalar muchísimos aires acondicionados para el verano, y las ofertas de este tipo de empresas abundan en todos sitios.

La tarima flotante es una de las opciones favoritas de muchas personas a la hora de decidir qué tipo de suelo quieren para su vivienda. El acabado que le da la madera es muy atractivo, y aunque puede resultar un poco más caro que otros materiales, muchos piensan que bien vale la pena pagar ese pequeño extra por disfrutar de este magnífico material en sus suelos.

En los pisos de los grandes bloques de viviendas que hay en todas las ciudades podemos encontrar tarima flotante con mucha facilidad, ya que es uno de los materiales más utilizados en este tipo de viviendas. Su acabado es muy bonito, aunque eso sí, puede ser complicada de mantener, ya que necesita un mantenimiento algo mayor que otros materiales y puede deteriorarse por el agua o la suciedad si no se mantiene perfectamente limpia.

La tarima flotante consta simplemente de láminas relativamente gruesas de madera colocadas en el suelo de la vivienda y atornilladas entre sí. Es evidente que estas láminas suelen ser cuadradas o rectangulares, por lo que las habitaciones con rincones raros o semicirculares serán mucho más complicadas a la hora de colocar esta tarima flotante. Además de embellecer nuestro suelo, la tarima es un magnífico aislante térmico y acústico, ventajas añadidas para su elección.

Hay diferentes tipos de tarima flotante, según el material, según el grosor de las láminas… El presupuesto para colocar este tipo de tarima en nuestros suelos puede ser algo caro, por eso conviene buscar la mejor oferta de tarima flotante comparando los diferentes precios de las empresas del mercado, y teniendo en cuenta también la experiencia y profesionalidad de dichas empresas.

Una tarima flotante defectuosa o no bien colocada puede provocarnos muchos quebraderos de cabeza en el futuro, por lo que tal vez convenga hacer un pequeño esfuerzo económico al principio y procurar contratar a buenos profesionales en lugar de buscar solo la oferta más barata pero que no nos asegure un mínimo de calidad. El gasto posterior en rehabilitación de la tarima puede ser demasiado grande, y es mejor no arriesgarse.

Cuando estamos planeando como va a ser nuestro hogar hemos de tener en cuenta muchísimos factores, desde los más evidentes, como el color de las paredes de cada cuarto, hasta la distribución de los enchufes, algo que si se deja a la improvisación luego puede traer más de un quebradero de cabeza. Son tantos detalles que muchas veces se nos escapan algunos, como por ejemplo, la forma en la que calentaremos el agua para la ducha o la calefacción.

Y es que aunque vivamos en el sur, o en zonas con temperaturas que tienden a ser altas, el invierno suele ser frío en cualquier sitio, y necesitaremos tener agua caliente y una buena calefacción para todo. En muchos casos, el sistema elegido para proporcionarnos esa agua caliente es la caldera de condensación, un artilugio muy eficiente y que además no contamina apenas nada.

Este tipo de calderas destacan por su eficiencia, ya que consiguen generar agua caliente con «poco esfuerzo» y sin emitir grandes dosis de CO2, a pesar de lo que se podrían pensar. Funcionan principalmente con combustibles como el gas natural o el GPL, y aunque en principio puedan parecer caras, estamos hablando de un ahorro en torno al 30% con respecto a las calderas habituales, además de ser un 70% menos contaminantes, datos a tener muy en cuenta.

Gracias a esto, las calderas de condensación se han convertido en las favoritas de muchas familias para instalarlas en sus casas. También ayuda el hecho de que, para darle mayor visibilidad en el mercado, muchas de las empresas que las venden las tengan perminatemente en oferta, abaratando su precio para llamar la atención de los clientes.

Evidentemente, habrá ofertas mejores y otras no tan buenas, pero también hemos de pensar no solo en lo que nos ahorramos en el precio de compra de la propia caldera, sino en lo que nos vamos a ahorrar en nuestras facturas, al ser este tipo de caldera mucho más eficiente que las tradicionales, y dar un mejor rendimiento con menor gasto energético.

Como se puede comprobar, prácticamente todo son ventajas. Solo hay que encontrar una buena oferta caldera condensación e ir a por ella, porque seguro que salimos muy contentos con la compra.

Amueblar una vivienda no suele ser ni fácil ni barato, sobre todo si vivimos en Madrid, una ciudad en la que la gran mayoría de viviendas están en bloques de pisos, y las mudanzas o simplemente el hecho de venir a instalar cualquier mueble puede convertirse en un suplicio, sobre todo si nuestro piso es uno de los más altos y como ocurre en muchas ocasiones, ni siquiera funciona el ascensor.

Y es que no estamos hablando solo de sillas o mesas, sino de muebles mucho más grandes y pesados, como pueden ser los armarios. En muchos pisos de este tipo se decidió, ya desde su construcción, que los armarios irían empotrados, para así ahorrarnos el espacio que el mueble ocuparía en la habitación, y solo tendríamos que comprar un par de puertas correderas. Este es el sistema más seguido para este tipo de viviendas.

Pero también podemos buscar un armario más grande y común, no empotrado, porque nuestros cuartos no cuenten con el espacio para ellos. De cualquier forma, si estamos preparando nuestro piso y tenemos que decidir qué tipo de armario queremos, lo mejor es contactar siempre con profesionales que nos sabrán aconsejar acerca de cuál es el tipo de armario que más nos conviene, siempre que esté dentro de nuestras posibilidades.

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Hay muchas empresas en Madrid dedicadas a vender muebles en estos días que optan por hacer ofertas en sus productos para llamar la atención de los compradores, y los armarios suelen encontrarse entre los muebles más caros, por lo que estás ofertas siempre son buscadas para ahorrarnos todo lo posible en la compra de estos muebles indispensables pero que dan tantos problemas de espacio.

Más allá del precio, que sin duda será lo más importante a la hora de decidirnos por uno u otro armario, debemos también tener muy en cuenta la profesionalidad y experiencia de la empresa que nos vaya a vender el producto, la calidad de sus materiales, la garantía… También es tremendamente importante saber si nos vendrán a instalar el mueble o tendremos que llamar a otra empresa para que lo haga, y a qué precio, porque en muchas ocasiones podemos llevarnos desagradables sorpresas.